Para entender la importancia del ejercicio físico y su influencia sobre nuestra salud hay que recurrir a la evolución. Lo cierto es que el cuerpo humano está genéticamente diseñado para estar activo, para moverse. No podemos tener una buena salud, si no nos movemos de manera regular.
El movimiento ha sido durante millones de años (Paleolítico y Neolítico, 5000 generaciones) la principal herramienta de supervivencia del ser humano. Nuestros antepasados se movían a diario por pura necesidad, en la mayoría de los casos para cazar, recolectar, huir o luchar.
Pero también es cierto que actualmente no nos movemos en la misma medida y que comemos más alimentos que nos engordan y nos inflaman. Hemos pasado de estar corriendo entre cuevas y bosques a estar sentados, con poco movimiento y en muchas ocasiones creemos que con eso mejora nuestra calidad de vida. Hemos pasado a creer que nuestra calidad de vida es directamente proporcional al tamaño de nuestro sofá y del tiempo que pasamos frente a nuestra TV.
Pero claro, hoy día ¿qué sentido tiene moverse como nuestros antepasados? ¡Si tenemos asegurada la comida y la bebida solo con ir a la nevera sin la necesidad de llevar taparrabos y una lanza buscando un mamut! Vivimos en un ambiente de abundancia energética, en el que el alimento está disponible en cuestión de segundos. En estas sociedades prósperas ni estamos preparados desde el punto de vista evolutivo, ni sabemos protegernos del acceso ilimitado al exceso de calorías. Como hemos dicho venimos evolutivamente de tribus de cazadores y recolectores donde, a menudo, tenían que soportar épocas de hambruna. Almacenar grasa ha sido coherente e imprescindible desde el punto de vista evolutivo, nos facilitaba la supervivencia. Pero hoy día no es supervivencia, ya que implica una destrucción lenta de la calidad de vida. Nuestro cuerpo y nuestros genes aún están adaptados a la forma de vida del Paleolítico y tenemos una debilidad innata por la comida calorífica.
Así pues el sedentarismo, unido a una mala alimentación, es uno de los principales problemas de salud en la actualidad. Los datos actuales son claros a este respecto. Según la OMS el cuarto factor de riesgo de mortalidad es el sedentarismo. Tenemos mucha grasa y poco músculo para contrarrestarla (el músculo nos ofrece mayor fuerza y agilidad, nos facilita una mejor respuesta al estrés y un mejor sistema inmunitario), lo que hace que entremos en un estado corporal de inflamación que acaba por poner en marcha, de manera silenciosa, intangible, procesos que con el tiempo acaban provocando dolores, alergias, enfermedades que todos queremos evitar. Pero claro, muchos de nosotros, nos acordamos cuando ya tenemos el problema encima, no antes.
Así que el ejercicio físico no es una manera de ganar salud, sino que es una manera indispensable para no enfermar. Si no lo hacemos estaremos más cerca de la enfermedad que de la salud. Y tú, ¿Dónde quieres estar?